Pongamos por ejemplo que el lápiz es una persona que tiene cosas que contar. El plástico es la persona que está para escucharla, o por lo menos lo intenta. Las gotas de agua de la lluvia son todo lo que hay que explicar. Un paraguas es la intención de dejar de hablar de ti, de dejar de explicar tus gotas de agua. Y el chubasquero, es la coraza egoísta de las personas para preocuparse únicamente por sus cosas.
La señorita Lápiz, necesita escribir, tiene muchísimas cosas que escribir pero no encuentra el papel adecuado para su tipo de carboncillo. A su alrededor tiene a la señorita Plástica. La señorita Plástica necesita a la señorita Lápiz. Siempre que se ven la moja con sus gotas de agua, debido a que nunca lleva paraguas. Y cada vez que la señorita Lápiz intenta devolverle el agua, ésta se cubre con su chubasquero. La señorita Lápiz agarraría su mina y se lo rajaría enterito. Pero se ha quedado sin sacapuntas y cada vez su carboncillo está más débil.
La señorita Lápiz no puede escribir en la señorita Plástica porque en su superficie, todo resbala. Pero hay una pequeña marca que si que penetra en la señorita Plástica, y que la señorita Lápiz no sabe. El deseo secreto de la señorita Lápiz es convertir a la señorita Plástica en ese papel, que le permita llenarse de las maravillosas palabras que ésta segura soltará la señorita Lápiz una vez se haya visto segura.
No creo que esto sea posible ni justo. Creo que ambas partes deberían adaptarse la una a la otra, pero nunca cambiar su componente básico, que las hace únicas y especiales. Claramente yo sería la señorita Plástico.
Querría que mi amiga depositase en mi la misma confianza que yo tengo en ella, pero sin reprochárselo, porque yo sé que no todos tenemos la misma facilidad para esto. Me dolería que confiase más en otra persona que en mi, si la razón fuese porque la otra persona sabe escuchar mejor; pues yo estaría haciendo el esfuerzo de dejar de pensar en mi (yo, una de las personas más egocéntricas que puedas conocer), y escuchar sin interrumpir para hablar de mi persona.
Por tanto, la solución perfecta es que la señorita Lápiz encuentra por fin un sacapuntas fiable, de buena calidad, con el que este segura de destrozar tantos chubasqueros como hagan falta y la señorita Plástica aprende a volver su superficie un poco más blanda, ideal para la señorita Lápiz.
La señorita Lápiz, necesita escribir, tiene muchísimas cosas que escribir pero no encuentra el papel adecuado para su tipo de carboncillo. A su alrededor tiene a la señorita Plástica. La señorita Plástica necesita a la señorita Lápiz. Siempre que se ven la moja con sus gotas de agua, debido a que nunca lleva paraguas. Y cada vez que la señorita Lápiz intenta devolverle el agua, ésta se cubre con su chubasquero. La señorita Lápiz agarraría su mina y se lo rajaría enterito. Pero se ha quedado sin sacapuntas y cada vez su carboncillo está más débil.
La señorita Lápiz no puede escribir en la señorita Plástica porque en su superficie, todo resbala. Pero hay una pequeña marca que si que penetra en la señorita Plástica, y que la señorita Lápiz no sabe. El deseo secreto de la señorita Lápiz es convertir a la señorita Plástica en ese papel, que le permita llenarse de las maravillosas palabras que ésta segura soltará la señorita Lápiz una vez se haya visto segura.
No creo que esto sea posible ni justo. Creo que ambas partes deberían adaptarse la una a la otra, pero nunca cambiar su componente básico, que las hace únicas y especiales. Claramente yo sería la señorita Plástico.
Querría que mi amiga depositase en mi la misma confianza que yo tengo en ella, pero sin reprochárselo, porque yo sé que no todos tenemos la misma facilidad para esto. Me dolería que confiase más en otra persona que en mi, si la razón fuese porque la otra persona sabe escuchar mejor; pues yo estaría haciendo el esfuerzo de dejar de pensar en mi (yo, una de las personas más egocéntricas que puedas conocer), y escuchar sin interrumpir para hablar de mi persona.
Por tanto, la solución perfecta es que la señorita Lápiz encuentra por fin un sacapuntas fiable, de buena calidad, con el que este segura de destrozar tantos chubasqueros como hagan falta y la señorita Plástica aprende a volver su superficie un poco más blanda, ideal para la señorita Lápiz.
Yo creo que el razonamiento es impecable. Muy bonita la metáfora del lápiz y el plástico. En todo caso, apuntar que además de disponer de un sacapuntas perfecto, es necesario que el plástico realmente quiera que que se escriba sobre él. Podría ocurrir que el plástico no vea necesario verse escrito por el lápiz, por muy bonitos textos que se puedan crear. Y eso también es respetable. Quizás existan otros pláticos deseosos de adornarse con bellas palabras.
ResponderEliminarseñora lapiz (anonima..) cree que señorita plastico podria reciclarse en un futuro,pero si ese futuro es proximo mejor porque.. y si encuentro el papel que llevo tanto tiempo buscando?
ResponderEliminarya sabes que a señora lapiz le costaria mucho encontrar una persona mejor y que no te podria reemplazar por nadie.Yo confio en ti tanto como tu en mi y no es que no quiera escribir, el problema es que el plastico esta hecho de un material que no deja escribir al lapiz y eso lo se porque el lapiz ha intentado escibir.
Estoy segura de que la señorita Plástica está haciendo un gran esfuerzo para ser considerada apta en la materia de superficies-donde-pueden-escrbir-lápices, y creo que se esta planteando presentarse a la recuperacion de enero a ver si le aprueban alguno de los tests a los que ha sido sometida(ya que me consta que esta estudiando mucho para ello).
ResponderEliminarY sé que le motiva mucho saber que la señorita Lápiz la quiere y confia en ella. Y no tiene miedo de que la señorita Lápiz encuentre su papel, porque tiene un corcho donde se especifica que nunca la dejara y le insiste que no lo debe olvidar.
mm.. el tests de hoy lo tienes suspendido con un cuatro mas o menos, pero como veo qe te has esforzado te lo subo a un 4.9
ResponderEliminarseñora lapiz se da cuentas de el GRAN esfuerzo qe has hecho hoy y esta muy contenta (:
Estoy segura de que la señorita Plástica esta muy contenta y no ha cogido sus notas y las ha tirado por la ventana, sino que las muestra orgullosa en su nevera.
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