miércoles, 26 de octubre de 2011

Tengo un problema con los médicos

A veces creo que tengo un problema con los médicos. Siempre estoy enferma. Pero no enferma con fiebre, postrada en la cama, con delirios o temblores. Estoy enferma de enfermedades no urgentes: me duele la garganta, me quedo afónica, me hago daño en la rodilla...


He ido mucho al médico últimamente. Hace poco estuve, por un problema ginecológico, de prueba en prueba y de consulta en consulta, hasta, finalmente, acabar en quirófano para una última prueba y un diagnóstico definitivo. He de confesar que, incluso, me gustaba ir a hacerme estas pruebas. La prueba en sí no, sino lo que representaba y lo que le rodeaba. Faltar a clase, y llamar la atención diciendo "hey!, que estoy enferma"; descansando en la sala de espera, poniendo mil caras como si realmente tuviera algo grave, la amabilidad de los especialistas...


A veces creo que tengo un problema con los médicos. De hecho, en alguna ocasión, basta que tenga una mínima molestia para ir (parezco una abuelita). Cuando reflexiono sobre el tema, me doy cuenta de que debo de ser una exagerada. Siempre me ha gustado ser el centro de atención y encuentro, de esta manera, una manera para estar ahí, ser la protagonista.


No es la primera vez que tengo esta necesidad imperiosa de ser la protagonista. Normalmente, me las apaño para serlo en cualquier situación. Siempre puedo estar mal por los chicos, por el sexo, por la comida... El caso es que yo sea el tema de conversación, o que se piense en mi, o cualquier cosa. Siempre hablo de mi y cuento más de lo que debería para, eso mismo, HABLAR DE MI.


Tengo como propósito reducir este afán de protagonismo de manera radical. En realidad, desde el anonimato que me permite este bitácora (?), estoy buscando la manera de expresión que no despierte en mis amigos (mis tan queridos amigos) la sensación de que todo gira en torno a mi, o comentarios, o incluso la lástima que a veces quiero transmitir. Conseguir, con este desahogo, poder abrirme hacia los demás, escucharlos y realmente, entender y querer oír lo que ellos tienen que contar, que expresar... y dejarles ser los protagonistas de la historia, realmente.







martes, 27 de octubre de 2009

Culo veo, culo necesito

Conozco chico nuevo: tengo que seducirlo. Me entero de que a un sujeto A le mola un sujeto B: tengo que seducirlo. Mentiría si dijera que no lo puedo evitar. Si que puedo, pero es que realmente me gusta sentirme deseada por los demás y saber que hay alguien que va intentar entrarte, que se lo va a currar. Es mi modo de sentirme aceptada en la sociedad. La mayoría de los chicos ni siquiera me atraen.
Cuando conozco a un chico que realmente me gusta, y entra dentro de mis expectativas, altura considerable y atractivo sexual; quizás siga adelante. Lamentablemente nunca he sabido seguir adelante. Pero ese es un tema del que hablaré en otro post.

El caso es que el viernes me presentaron a un chico nuevo. Simpático. Guapo. Más alto que yo. Perfecto. La gran diferencia con el resto es que este me interesa de verdad. Es decir, lo poco que sé de él me gusta y creo que podríamos estar bien juntos. Forma parte de mi nuevo grupo de amigos, pero vive lejos y puede quedar más bien poco. En este grupo de amigos he tenido mis historias: estuve liada con uno de ellos y hay otro que creo que va a intentar superar la barrera de la amistad en breves. Pero eso también forma parte del otro post.

Así que no quiero liarme con él en una o dos semanas. Quiero ir despacio, quiero conocerlo mejor. No quiero cagarla como hago siempre. Quiero comprobar que no se trata de otro culo que necesito. Quiero que pase a ser alguien importante en mi vida.

jueves, 8 de enero de 2009

Hoy

Realmente debería estar leyendo el maravilloso libro de CADS, pero no tengo ni las ganas, ni la iluminación ni la paciencia para tal cometido.
¡Tengo tantas cosas que hacer...! (excusa barata muchas veces utilizada)

Este es el primer post del año. Feliz 2009 para todo el que lo lea. Estas fiestas han ido muy bien, mucho más divertidas de lo presupuesto y como siempre muy rápidas. Muchas ganas de reencontrarme con personas a las que solo veo una vez al año, de comer jamón (que lastimosamente es lo único que como en estas fechas), y, como buena persona materialista que soy, de recibir muchos regalos.

De los regalos no me puedo quejar. He recibido muchísimos, la mayoría esperados: libros, CD's, maquillaje, pijamas, dinero (¡en libras!), bolsos, paraguas... Este año lo único que no he recibido son perfumes y colonias. Pero de esto ya estoy surtida por lo menos para otro semestre. Y la vuelta al colegio no ha sido tan dramática. Se me ha pasado incluso rápida la jornada (exceptuando la hora de Castellano, que últimamente no soporto). Lo peor ha sido la cancelación del longterm que había preparado, pero se que se programará otro.

Lo que realmente me ocupa el tiempo es un terrible hecho ocurrido recientemente en un entorno cercano. No se puede decir que me haya afectado, porque no estaba ligada de ningún modo, pero la sola idea de que pudiese pasar lo mismo otra vez, a alguien a quien yo pueda sentir cierta estima, me produce un gran dolor de barriga. Es algo en lo que no me apetece pensar, de ningún modo.

Ahora si que debería ponerme con el CADS. Deseadme suerte.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Navidad

25 de diciembre, FUM, FUM, FUM.
Hoy es día de Navidad, día del Nacimiento para los cristianos y católicos y todos estos.

Estoy en casa recogiendo y ordenándolo (remetiendo) todo para recibir la visita de mis abuelos y mi tío, que viene con mi primita adorada.
Anoche fue todo bien: cena en casa de mis abuelos con toda mi familia paterna, en la que solo comí jamón para variar, y después más de dos horas jugando al trivial donde ganamos de paliza la parte femenina.

Ha venido Papa Noel. Pero no lo he tratado bien: no he tenido ilusión. Ni siquiera he montado el árbolito de Navidad. Ningún tipo de decoración.

Puede parecer que no me guste esta festividad, o incluso que la deteste. Pero no es así. Es una de mis épocas favoritas del año. Y no es por las cenas (en las que veo a parte de mi família que vive lejos, cada año), ni siquiera por los regalos (pero se agradecen infinitamente, a todas esas personas que se han currado el regalo), a mi lo que me gusta es la ilusión.
La ilusión que se desprende de todos lados, pero que se está perdiendo. Niños que hacen largas colas por ver al paje, la programación especial, los cuentos, los ojos como platos en la cabalgata, los anuncios, el Corte Inglés, toda Barcelona iluminada, enviar y recibir los Xmas de mis amigos de fuera.

Por eso no me merezco a Santa Claus. Anoche coloqué los regalos para mis padres (al menos ellos no se lo esperaban) y el mio propio, pero no puse leche ni galletas ni esas fricadas que yo pongo y yo quito. Nada. Esta mañana ni siquiera he querido madrugar, aún deseando mi obsequio (el libro de JK Rowling, Los cuentos de Beedle el Bardo).

Y en cuanto al consumismo: a mi no me parece mal. A mi me encanta hacer regalos a mis amigos, y esta es una ocasión perfecta para hacerlo. Y me gusta recibirlos también, sobretodo los que no conozco, los que caen por sorpresa. Además, la caja tonta se llena de anuncios muy bonitos (como ya he comentado antes), todo viene muy decorado, y el papel de envolver es mágico.

Tengo como fondo unos villancicos que me están recordando a mi infancia, a la que desearía volver en estas fechas. Alegran el día.
No existe la Navidad ideal, solo la Navidad que usted decida
crear como reflejo de sus valores, deseos, queridos y tradiciones. (Bill McKibben)


Solo me queda decir FELIZ NAVIDAD y próspero (y con prendas rojas por favor) año nuevo 2009.





jueves, 18 de diciembre de 2008

Oveja estúpida

Para hoy tenía planeada una entrada sobre la Navidad y mi concepción de ella, pero tengo los dedos destrozados de hacer un trabajito de latín y se niegan rotundamente a reproducir la composición que tengo en mi cabeza.

La URL de este blog es oveja estúpida. Me preguntaron sobre que significa, y es un guiño a mi serie de libros favorita: la serie CREPÚSCULO de Stephanie Meyer (de la que ya hablaré en otras entradas, pues tengo mucho tema).
"-Y de ese modo el león se enamoró de la oveja... -murmuró. Desvié la vista
para ocultar mis ojos mientras me estremecía al oírle pronunciar la palabra-
-¡Qué oveja tan estúpida! -musité.
-¡Qué león tan morboso y masoquista!"

Es un fragmento que me encanta, y se ha hecho bastante famosa entre los fans.

Pero también puede significar aquella oveja, que es tan estúpida que intenta huir del rebaño y de su temible perro. Perro que la encuentra y la hace volver. Y es tan estúpida que lo vuelve a intentar una y otra vez. Aquella que cree que su fin no es cultivar lana, como hacen el resto de sus compañeras, si no conocer mundo y convertirse, quizás, en la primera de su especie en pisar el Tíbet. Y esa oveja se parece cada vez más a la Eli que está escribiendo estas palabras.
Lo que comenzó siendo una simple URL, ha cogido tal significado para mí que ya no podría tener otra.